A quien sepa ver

He aprendido a leer más allá de las letras, he aprendido a leer sin necesidad de palabras. He mirado a través de ojos, y he sentido pieles lejanas. He tocado lágrimas que no han visto la luz, y abrazado calmas que antes eran tormentas. He despertado, curiosa, sueños ajenos queriendo cumplirse. He visto amar antes de pronunciarse un solo beso, querer sin necesidad de poseer.

He dejado entrar en mí pasiones que no me pertenecían y las he hecho mías, atravesándome la piel en escalofrío y derramándose en sal por mis mejillas. He descubierto latidos vibrando por voces ajenas, he callado la mía propia por acurrucarme en el silencio de quien grita en poros vibrantes.

He visto en ojos cerrados la necesidad de un abrazo que vuela libre buscando quien lo alcance, y en su pecho un huracán dando golpes de ciego, buscando salida sin querer desprenderse del temblor que aprieta fuerte. He recogido pedazos de quien se dejó quebrar, y ordenado piezas de quien buscaba un sentido.

He intuido manos buscando apoyo antes de caer rendidas ante un sentimiento devastador, desgarrador; he visto alas echar a volar al precipitarse al vacío.

Hablan y callan en miradas, voces, suspiros, caricias, vacíos, pieles, rotos y bien cosidos. Hablan las almas que se dejan leer, más allá, por quien las sepa ver.

 

 

L.

Deja un comentario